viernes, 2 de enero de 2009

El Arte de la Metáfora

Presentación de un nuevo blog dedicado a la metáfora

En paralelo a las definiciones canónicas, la metáfora es un recurso lingüístico que nos puede servir para capturar las estructuras de percepción que solemos utilizar para explicarnos las cosas (o para que otros nos las expliquen). Pueden ser utilizadas para la ampliación del pensamiento y de la comprensión. A menudo encontramos metáforas en analogías, paradojas, paralelismos o traslaticios. Así, pues, su uso deliberado abre una puerta a la comprensión instantánea, a la par que fortalece nuestro criterio y nuestra creatividad y soberanía intelectual. Ser conscientes de ello puede llevarnos a ampliar nuestra capacidad de percibir cómo interactuamos con las cosas y cómo ellas interactúan entre si. La metáfora permite interpretar un símbolo y percibir su existencia mezclada entre lo cotidiano. Al mismo tiempo, también permite tomar una realidad concreta y convertirla en símbolo de algo más.
La metáfora es tanto un anclaje (positivo, si se actualiza; o negativo, si se queda obsoleta), como un modo de establecer rapport con las realidades a las que alude. Así, pues, establecemos un buen rapport a través de metáforas orientadas a abrir posibilidades; o bien, generamos un rapport negativo, cuando la metáfora que utilizamos nos perjudica y nos ancla en creencias limitadoras.

Captar metáforas o, más aún, elaborarlas, nos hace más soberanos de nuestra capacidad pensante. Los grandes enemigos de esta posibilidad son la rutina, la comodidad y los automatismos. De esta forma, las metáforas que, por ejemplo, utilizan los medios de comunicación para difundir sus ideas, acaban ocupando en nuestra mente el espacio que debería estar ocupado en desarrollar nuestro pensamiento soberano. Una metáfora tanto puede ser un medio para hipnotizar (y ser hipnotizados) como para crear mantras que nos fortalezcan. En cualquier caso, una metáfora puede ser un buen calzador para un argumento.

Similitud entre construir metáforas y hacer fotos

Ser consciente o no de vivir en medio de metáforas –las que nos inculcan o las que podamos crear- es comparable a percibir tu propia calle con la actitud habitual o con la de un fotógrafo. Salir con la cámara con la intención de fotografiar las calles del propio barrio, permite percibir unos detalles que sin esta intención pasarían desapercibidos y obviados por la rutina.
Así, pues, detectar y descifrar metáforas ajenas y, más aún, elaborar las propias, es un buen ejercicio para convertir lo habitual en inhabitual, lo conocido en sorpresa.

Participa en el BLOG

Una vez entres en El Arte de la Metáfora, puedes participar como seguidor (clicando en “seguir este blog”, en la columna de la derecha), como suscriptor (clicando en “entradas”, en la columna de la derecha, más abajo), o como escritor, editor y copropietario del blog (si todavía no te ha llegado la invitación, escríbeme un mensaje a gabriel@pangea.org). Yo te animo a que escribas tus hallazgos y los compartas en El Arte de la Metáfora. Si la cosa funciona, incluso podríamos crear algún premio a la mejor intervención o plantear la publicación de todas las que son de cosecha propia a una editorial. Sea lo que sea, lo importante es sacar brillo al ingenio.

Si te apetece escribir y publicar metáforas, aforismos o paradojas en este blog –o aportar frases o aforismos de autores que estés leyendo, o generadas en conversaciones que hayas tenido-, puedes convertirte en coautor y así podrás tú mismo insertar y publicar tus entradas. Si optas a ser coautor, te enviaré una invitación a través de blogger para que tú mismo puedas entrar y gestionar los contenidos que aportes. Así todos seremos copropietarios.
Las normas son muy elementales:
-Lo ideal es insertar una metáfora por entrada.
-Deberán ser breves, por ejemplo, como las que ya están publicadas
-En el caso de querer publicar contenidos más extensos, se recomienda publicar una entrada breve que remita a un enlace que contenga la totalidad de tu escrito (como en uno de los ejemplos).
-Como en las entradas ya publicadas, el título será orientador del contenido. Dicho contenido será redactado en letra negrita, mientras que la firma estará en letra normal.
-Las metáforas de cosecha propia se firmarán con el nombre del autor, al que se añadirá “de cosecha propia” (como en uno de los ejemplos)

Ir a El Arte de la Metáfora